Los estereotipos son siempre generalizaciones
y las generalizaciones son apreciaciones globales
más o menos exactas.
Como
sociedad tendemos a etiquetar y agrupar y este tipo de actitud es extrapolable
a la percepción de una idiosincrasia común para los nacidos en una misma
región.
¿Podríamos
hablar de rasgos definitorios concretos para la población alemana? Atribuir a
todo un grupo unas características percibidas es hilar muy vasto, pero
tentador. Y si no, echemos un vistazo a su idioma.
Cuestión de
carácter
Los
alemanes, entre otras muchas apreciaciones, son conocidos por ser ciudadanos de pocas palabras, ahorradores y diligentes.
No es descabellado pensar que su lenguaje es una representación de muchas de sus
cualidades.
Si
nos dejamos llevar por los estereotipos, seguro que imaginas a la sociedad
alemana catalogada cuadriculadamente por su afán organizativo y su personalidad planificadora y disciplinada.
De
igual manera, que su lenguaje fuese una expresión de su carácter no debería
resultarnos sorprendente.
¿Hablas alemán?
Si
no lo hablas debo decirte que la complejidad que aparenta no es tal. Pongamos
un ejemplo. En español tenemos palabras compuestas. Girasol, pasamanos,
ciempiés o sordomudo son algunos de los ejemplos que tenemos disponibles en
nuestro idioma.
Aunque nuestro “electroencefalografista” con 23 letras
casi queda ridículo al lado de su
“Donaudampfschifffahrtselektrizitätenhauptbetriebswerkbauunterbeamtengesellschaft”
(Sociedad de funcionarios subordinados de la construcción de la fábrica principal de la electricidad para la navegación de barcos de vapor en el Danubio) de 80 letras.
Conocer
el significado de cada término permite saber el significado del concepto derivado
de la suma de ellos. Esa es la motivación primigenia de las extensas palabras
alemanas. No dejan de ser, finalmente, la
suma de varios términos con un significado global determinado.
El
alemán es algo más que una mera concatenación de términos para elaborar una
palabra compuesta. Los largos términos
alemanes son recipientes de significado. Hablan de un sentimiento o una sensación,
de una expresión.
Dos términos invertidos
Imagen de Anja🤗#helpinghands #solidarity#stays healthy🙏 |
Para
conocer el origen de la expresión debemos buscar la denominada “palabra
primaria”. Ese es el término que determina el grupo principal y a él le sigue
el “determinante” que, valga la redundancia, determina el subgrupo o sub-categoría.
El
alemán permite crear vocablos compuestos desde cualquier término y no solo a
partir de una palabra sustantiva pero lo hace en orden invertido. Esto es, primero se escribe el determinante y, a
continuación, la palabra primaria.
Las extensas palabras
alemanas buscan expresar ideas más complejas que la mera unión de sus términos. Por ejemplo, la palabra “sitzpinkler” adquiere una particular
singularidad semántica en la comunión de los términos.
Sitz significa “asiento” y pinkeln es “mear” (se le añade el sufijo
–er para convertirlo en adjetivo). El término compuesto, traducido literalmente
a efectos gramaticales, significa “hombre que mea sentado”, mientras que su
motivo último es referirse a un “calzonazos”.
Sin
duda alguna, esta licencia semántica de filigranas lingüísticas que se permite
el idioma alemán te vendría estupendamente para alzarte con la victoria en una
apasionante partida de Scrabble, ¿no
crees?
Imagen de analogicus |
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